domingo, 27 de agosto de 2017

VOLVER A LOS CLÁSICOS

En febrero de 2016, llegó a mis manos el magnífico libro “La educación política en la Antigüedad clásica – El enfoque sapiencial de Plutarco”[i], escrito por mi gran amigo y maestro, Don Ricardo Rovira[ii]. Me vi obligado a postergar su lectura, y recién en agosto de 2017 lo terminé de leer. No pretendo hacer una reseña del libro, que ya hay varias, y a cual mejor: solo quiero compartir algunas reflexiones y enseñanzas que me dejó esta obra.

El libro empieza analizando los aportes a la formación política de diversos autores de la antigüedad clásica.  A este estudio  sigue un análisis detallado de las “Vidas” de Teseo, Rómulo, Licurgo y Numa, según Plutarco. Y termina con el análisis de otras obras de Plutarco de gran importancia para el tema, contenidas en los Moralia.

Ante todo, debo decir que la lectura de este libro me recordó una anécdota que encontré hace muchos años en “Historia sencilla de la Filosofía” del Prof. Rafael Gambra: “La obra de Platón –dice Gambra- es además una joya estética y literaria de valor universal, quizá nunca superada. Bernard Shaw ha escrito que él creía en el progreso absoluto de la cultura como en algo inconcluso. Era uno de los pilares de su pensamiento. Sin embargo, un día abjuró públicamente de su progresismo: había leído a Platón. Si la humanidad ha producido tal hombre hace veintiséis siglos, obligado es confesar que la cultura no ha progresado en todos sus aspectos.”